Multitudinaria Participación en la Tradicional Procesión de la Virgen del Carmen

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Siguiendo una tradición que se remonta a 1778 se realizó, con multitudinaria participación de fieles, la procesión de la Virgen del Carmen por las calles céntricas de Santiago, que actualmente tiene lugar el último domingo de Septiembre.

A las 15.30 Hrs. de este domingo 29, salió  de la Catedral Metropolitana la imagen de la Virgen, vestida con sus mejores ropajes y portando a su hijo en su brazo izquierdo y el rosario y escapulario en la mano derecha, hacia una Plaza de Armas repleta con más de 50 mil fieles expectantes que la saludaban moviendo entusiastas sus banderas.

La procesión inició su marcha por la calle Catedral, encabezada por el Obispo Auxiliar y Vicario General, Mons. Cristián Contreras Villarroel — en ausencia del Arzobispo Monseñor Ricardo Ezzati, de visita en Italia — otros dignatarios eclesiásticos y sacerdotes, religiosas, las Camareras de la Virgen del Carmen, las Fuerzas Armadas y de Orden y acompañada por colegios, parroquias, movimientos eclesiales e incontables familias, orando, cantando y dando vivas a la Madre de Dios. La romería dobló por Morandé, para seguir por Agustinas y Santa Lucía y culminar en José Miguel de la Barra, rumbo al Museo de bellas Artes, en cuyo frontis estaba preparado el gran altar donde se celebró la Eucaristía, bajo el marco luminoso de una bonita y soleada tarde de primavera. La tradicional fiesta religiosa mariana de los santiaguinos llegaba así a su punto más alto.

La Santa Misa fue presidida por monseñor Cristián Contreras, y concelebrada por monseñor Juan Antonio Cruz Serrano, Secretario de la Nunciatura Apostólica y por monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de Santiago.

En su homilía, monseñor Contreras se mostró agradecido de la Virgen y de todos los creyentes que la acompañan todos los años en esta manifestación pública de Fe, ocasión en la cual junto con festejar a la Madre del Carmelo se realiza el Día de Oración por Chile. El prelado ofreció la Eucaristía por la paz, el entendimiento, el reencuentro y la reconciliación de los chilenos. Y junto con recordar la presencia y la importancia de la “Carmelita” en nuestra historia, señaló que “siento en el alma la misión de transmitir esta devoción a la próxima generación, para que nunca falte en el alma de la patria el amor por la Virgen María”.

Antes de finalizar la Eucaristía, la Iglesia de Santiago que en esta ocasión daba por clausurado el Año de la Fe, anunció el comienzo de la Misión Territorial de 2014.

Terminada la celebración, la Virgen del Carmen — al igual que los fieles — volvió a su hogar, la Catedral. Lo hizo rodeada de flores y escoltada por la guardia de las FFAA y Carabineros, al son de marchas y cánticos y seguida por grupos de bailes religiosos y una gran parte de los asistentes quienes — antes de dispersarse — quisieron acompañarla nuevamente, con gratitud y entusiasmo filial, hasta verla transponer finalmente las puertas del Templo metropolitano.

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