Carlo en tu moto fuiste un eximio embajador de un Chile nuevo que se esfuerza por crecer sin abandonar sus valores y tradiciones y afirma su identidad ante el mundo.


En ella llevaste el nombre de nuestra Patria a lugares recónditos. Ayudaste a ser reconocidas nuestras montañas, valles y mares y a su gente.
Con tu tenacidad y perseverancia te hiciste de un nombre entre los grandes del Rally mundial. Pero también tuviste la humildad y caridad caballeresca de acompañar al compañero caído incluso a expensas de tus conveniencias.
Nunca estuvo entre tus herramientas la trampa para vencer. Al contrario, el ejemplo de tu superación victoriosa, disciplinada y leal y el valor de la amistad es el gran recuerdo que nos dejas.
Gracias Carlo por el amor al crecimiento de nuestro Chile como nación y a la vida.
Sigue luchando desde la vida eterna junto al Señor, como el guerrero que siempre fuisteis, por nuestra Patria y su Progreso material y espiritual
Adiós Carlo en tu último gran viaje. ¡Buena Carrera!