Por Robert F. Barsby Haas
Fotos: M. Eugenia Palacios
Desde hace mucho tiempo estaba con los deseos de conocer el Túnel Las Raíces, y específicamente la ciudad cordillerana de Lonquimay. En octubre del año 2011 tuve la oportunidad de concretar este viaje, alojando algunos días en las Termas de Malalcahuello, con el fin de recorrer sus alrededores, y posteriormente seguir viaje hacia el sur de nuestro país.
Después de haber pernoctado en la ciudad de Los Ángeles, llegábamos temprano a la ciudad de Victoria, ubicada en la Provincia de Malleco, Región de la Araucanía, situada a 615 kilómetros de Santiago. Esta ciudad constituye el punto de entrada a la zona conocida como Araucanía Andina, con variados atractivos, tales como el Parque Nacional Tolhuaca, las Termas de Tolhuaca, la Reserva Nacional de Malalcahuello y las comunas de Curacautín y Lonquimay. Tiene alrededor de 33 mil habitantes y posee un clima propio, muy frío en el invierno y muy caluroso durante el verano, debido a que en sus alrededores comienza el clima templado lluvioso del país.
Pocos kilómetros hacia el sur de Victoria, específicamente en PUA, se iniciaba el ramal ferroviario hacia Curacautín, en una primera etapa, y que posteriormente llegaría hasta la cuidad de Lonquimay, siendo el Túnel Las Raíces parte importante de su trazado.
Sobre el origen del nombre de esta estación, hay varias versiones: una dice que viene del Mapudungun. Otra, dice que corresponde a la sigla de «Puesto Urrutia Albarracín», en referencia a un puesto de acopio de materiales ubicado en la localidad durante la construcción de ferrocarril hacia el sur, y creado por dos personas cuyos apellidos eran Urrutia y Albarracín. Por este motivo, el nombre de la localidad se escribe también con mayúsculas.
Una vez que visitamos el centro de la ciudad de Victoria, nos dirigimos hacia Curacautín, distante a 57 kilómetros. Esta ciudad se encuentra ubicada al noreste de la Región de la Araucanía, en la zona pre cordillerana. La comuna tiene una población aproximada de 16.500 habitantes, urbana y rural. Desde aquí nos dirigimos hacia las Termas de Malalcahuello, en donde habíamos decidido pasar algunos días.
Al día siguiente de haber llegado a estas termas, estaba planificado ir hacia Lonquimay, cruzando el Túnel Las Raíces. Al despertar pudimos comprobar que en la noche había nevado en la zona, lo que “agrandaba” aún más la belleza de este lugar.
El inicio del viaje a Lonquimay nos mostraba un camino al cual tampoco estamos acostumbrados, pero había que disfrutarlo al máximo, sabiendo que esta nieve no duraría muchas horas.

La antigua estación de ferrocarriles de Malalcahuello hoy en día es ocupada como Biblioteca Pública. En la Memoria Anual 1972 de Ferrocarriles del Estado, se consignaba que de esta estación salieron 11.935 pasajeros, e ingresaron 8.320, durante el año.
Desde las Termas de Malalcahuello no hay más de 10 kilómetros hasta la boca norte del Túnel Las Raíces, al cual ingresamos de inmediato, dado que estábamos con “semáforo en verde”.
Ingresando al Túnel Las Raíces

Al ingresar a este túnel se me vinieron a la memoria todo lo que había leído sobre esta magnífica obra, y sentía un pesar por no haberlo conocido como túnel ferroviario.
Quienes gustan conocer más sobre este tema pueden leer el libro “Rieles Fronterizos Ramal Púa Lonquimay”, escrito por el señor Héctor Alarcón Carrasco (2011), y el documento preparado por el señor Ian Thomson “Una interpretación histórica del Ferrocarril por Lonquimay” (www.amigosdeltren.cl).
El Túnel Las Raíces está ubicado en la Región de la Araucanía, Chile, conectando las comunas de Curacautín y Lonquimay, y a 1.010 msnm, con una longitud de 4.528 m.
Los estudios de factibilidad para la construcción de esta obra comenzaron en 1911, pero los planos finales se completaron en 1929. La construcción del túnel duró ocho años, de 1930 a 1938, con una inversión de más de 32 millones de pesos de la época.

Hoy, este túnel, que nació como vía de ferrocarril, forma parte de la Ruta 181 que une la ciudad cordillerana de Lonquimay con Victoria.
En su lado sur se ubican las casetas de peajes y el control del tránsito por esta vía.

De acuerdo a la información disponible, en el invierno de 1960, se inició la circulación de trenes de itinerario por el túnel, veintiún años después de finalizada su construcción. Los trenes de pasajeros que partían desde Victoria, finalizaban su recorrido en Curacautín. Desde esta ciudad corrían trenes de conexión hasta la alejada localidad de Sierra Nevada (lado sur del túnel y aproximadamente a 20 kms de Lonquimay).
El servicio de trenes directos entre Victoria y Lonquimay, comenzó aproximadamente en 1965, y finalizó en septiembre de 1983 (pasajeros). Posteriormente circularon algunos trenes de carga en forma esporádica, y el tren turístico de la Araucanía.
En los años siguientes se levantó la línea y el túnel Las Raíces fue habilitado exclusivamente para vehículos. En ese instante, una vez más nuestro país perdía la posibilidad de disponer de un circuito turístico, como tantos otros que se han desmantelado, principalmente por tres motivos:
- La poca visión sobre el tema de nuestros gobernantes;
- Falta una cultura de la población en hacer uso de estos medios turísticos y entender que tienen un costo elevado en su operación y mantención; y
- El vandalismo, el robo y destrucción de todas aquellas construcciones que han formado parte de nuestra historia. Basta ver como se dañan las fachadas de diferentes edificios declarados Monumentos Nacionales, o el robo de “todo lo que puede ser removido”.
Conociendo Lonquimay
La carretera que nos lleva a Lonquimay continúa hacia Argentina a través del Paso de Pino Hachado en la cordillera de los Andes.
De acuerdo a la información disponible en www.pasosfronterizos.gob.cl/, este Paso tiene una altura de 1.824 msnm, y está a una distancia de 60 kms desde la ciudad de Lonquimay, ubica a una altura de 925 msnm. Luego, el ferrocarril desde esta ciudad hasta el paso fronterizo debería haber subido 899 metros lineales, lo que daría una pendiente de 1,5 %. En este contexto, la línea férrea no tendría mayores inconvenientes en cruzar este paso con una capacidad de arrastre aceptable.
No tengo información si se realizaron intentos de continuar con los rieles hasta el paso Pino Hachado. Hay muchas buenas intenciones, especialmente desde Argentina, pero el tema queda solamente en eso.
Lonquimay es una tranquila ciudad, con 10.500 habitantes (urbanos y rurales), con una agradable plaza, muy bien cuidada, que invita que quedarse un rato en ella. Un muy amable “jardinero” de ella, que lamentablemente no recuerdo su nombre, nos dio una amplia charla sobre los árboles que adornan este hermoso lugar.
La zona basa su actividad económica en el rubro forestal y en la ganadería, donde la crianza de ovinos, caprinos y vacunos ocupa un porcentaje preferencial. En el último tiempo ha surgido con mayor fuerza la actividad turística, teniendo en consideración las bellezas naturales de la comuna.
Un buen y caliente café en un agradable local frente a la plaza, y a recorrer sus calles y su vieja estación de ferrocarriles, en donde aún se conservan algunas construcciones.

Así terminaba nuestra visita a Lonquimay, que la habíamos iniciado con nieve, que a poco correr las horas, ésta se derretía, nos despedía un día despejado, pero algo frio. Esperábamos nuestro turno en el cruce del Túnel las Raíces y regresábamos a las Termas, para posteriormente seguir viaje al sur de nuestro país. La carretera que une todas estas localidades se encuentra en perfectas condiciones, para todo tipo de vehículos.

Viajando al sur, en Neltume nos encontrábamos con esta vieja locomotora, que, según la información obtenida en el lugar, era utilizada en un aserradero de la zona. Podrá ser otra historia que compartamos.

Conclusiones
Mis conclusiones de este viaje, que he denominado “Cruzando el Túnel Las Raíces”, las puedo resumir en los siguientes puntos:
- Sin duda que el viaje hacia Lonquimay cruzando este mítico túnel Las Raíces se justificó totalmente.
- La ciudad de Lonquimay se relaciona fuertemente con ferrocarriles, en la mente de muchas personas.
- Se pierde una gran oportunidad de hacer cosas simples para aumentar el turismo hacia esta ciudad.
- Las organizaciones estatales, municipales y privadas deberían hacer un esfuerzo destinado a crear un museo abierto en lo que queda de la estación de ferrocarriles de esta localidad, buscando diferentes formas de financiamiento, entre otras Fondos Concursables (FONDART).
- Tal vez una maqueta de lo que fue el ferrocarril de Púa a Lonquimay, algunos paneles con su historia, algunos objetos y fotografías ferroviarias, pueden ser inicio de un lugar a visitar. La conservación del estanque y el caballo de agua existentes, son un aporte para este museo. Tal vez el día de mañana disponer de una locomotora a vapor y algunos carros, tal como es el “museo abierto de ferrocarriles” algo abandonado de Carahue.

- Motivar a los habitantes de Lonquimay a conservar su patrimonio histórico, a través de documentos, historias y relatos, que puedan captarse, considerando que tal vez hayan muchas personas que se relacionaron directa o indirectamente con el ferrocarril. Es probable que puedan rescatarse antiguas fotografías de la zona para este proyecto de museo.
Referencias
Revistas:
- En Viaje N° 153 (Julio 1946).
- En Viaje N° 159 (Enero 1947)
- En Viaje N° 361 (Noviembre 1963)
Libro: “Rieles Fronterizos Ramal Púa Lonquimay”, escrito por el señor Héctor Alarcón Carrasco (2011),
Documento preparado por el señor Ian Thomson “Una interpretación histórica del Ferrocarril por Lonquimay”.