Monseñor Fernando Chomali, Arzobispo de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción, dijo que la celebración de la festividad de San Sebastián, realizada el viernes 20 de enero, refleja que “Chile es un país religioso”.
“Estoy impresionado de los miles de fieles que han venido y agradecido del cariño de la gente que persevera en su fe. Esto es el alma y corazón de Chile y que la Iglesia quiere cuidar con nuestra labor pastoral, porque las personas quieren fraternidad y paz. Este santuario es un pulmón espiritual para Chile”, afirmó el arzobispo de Concepción, monseñor Fernando Chomali en conferencia de prensa en que evalúo una de las principales fiestas religiosas del sur de Chile.
La sorpresa para los organizadores es que este año la fiesta de San Sebastián convocó a más de 500 mil personas que viajaron desde todo el país, incluso desde el extranjero, para agradecer, pagar sus mandas o vivir una de las fiestas más masivas de la Iglesia en el sur de Chile, según consignó el diario La Tercera.
Algunos testimonios de peregrinos constataron una fe profunda, a través de la devoción a San Sebastián. Así lo manifestó Lina Villegas, quien agradeció, por la salud de un hijo que vivió una grave enfermedad y lo propio expresó Juan, un peregrino proveniente de Santiago, quien llegó de madrugada para cumplir con su manda y agradecer a Dios por toda su familia.
Origen de La Devoción a San Sebastián en Yumbel
En 1585, los conquistadores españoles fundaron un fuerte militar en el Cerro Centinela, origen de la ciudad de Yumbel. Cinco años antes, al fundarse la ciudad de San Bartolomé de Chillán, en su primera capilla fue colocada una imagen de San Sebastián, patrono de los soldados, traída de España, tallada en madera de cedro.
En 1655, los caciques Lientur y Butapichún, de la zona de Yumbel, unidos a los mapuches del valle y la cordillera, atacaron y destruyeron Chillán. En su huida a Concepción, los soldados se llevaron la imagen de su patrono y, cerca del fuerte de Yumbel, la ocultaron entre matorrales y arena. Siete años más tarde se reconstruyó Chillán y los soldados quisieron devolver la imagen a su ciudad. Se cuenta que “ni con dos yuntas de bueyes” pudieron llevársela. Desde entonces se le venera en Yumbel.
Al comienzo, en 1663, el santuario fue sólo una ermita en el Fuerte. El primer milagro data de 1747. La intervención de San Sebastián fue manifiesta para los testigos de esa época, quienes a la presencia de dicha imagen, atribuyeron el hecho de detener un incendio que amenazaba al pueblo.
Otros hechos milagrosos contribuyeron a que penetrara en el sentimiento religioso del pueblo la devoción, que hoy moviliza a miles de peregrinos dentro del territorio nacional.
Después, cuando se creó la parroquia en 1757, el templo parroquial acogió la imagen. El último templo, que perdura hasta nuestros días es de 1856, soportando varios terremotos como los de 1939, 1960 y 2010, en los que el santuario ha sido reconstruido o reparado.
La cantidad de peregrinos ha crecido mucho en el transcurso de los años. El Templo Santuario se hizo estrecho, por lo que en 1967 el Arzobispo de Concepción, Mons. Manuel Sánchez, hizo preparar un campo de oración a 50 metros del Templo, en donde se venera la imagen histórica de San Sebastián durante las festividades de enero y marzo de cada año.
Fuente: La Tercera, iglesia.cl