Al cumplirse 50 años de aquel vuelo Punta Arenas – Arica, de memorable recuerdo en los anales de la aviación deportiva nacional, publicamos la proeza realizada por dos representantes de la aviación de Carabineros de Chile, quienes sin duda, son los mejores exponentes de este hito aéreo que dio prestigio y lustre a la institución del parche verde, permitiendo elevar a su máxima expresión el lema “Orden y patria”.
Ambos supieron llevarlo por los cielos de Chile, con un par de carabinas cruzadas luciendo orgullosas en el timón de cola de su avión.
Fueron ellos los aviadores JAIME DOMENECH ZAPATA, en ese entonces un joven teniente de Carabineros y el Ingeniero Aeronáutico FRANCISCO BRAVO ARACENA, de dotación de la Prefectura Aeropolicial, quienes a bordo de “EL GATO ROJO”, un avión CESSNA 206, matrícula CC-KKM, del entonces Club Aéreo de Carabineros, dieron el salto formidable que unió los dos extremos del país aquel lejano día viernes 6 de marzo de 1970.
Existió en el Club Aéreo de Carabineros un avión monomotor Cessna 206, que había demostrado ser un aporte valioso, ya que nunca tuvo mayores problemas mecánicos. En vuelos de cierta distancia siempre había respondido bien y era bastante apreciado por los aviadores que lo piloteaban constantemente. Así las cosas, con el tiempo se le conoció como “El Gato Rojo”, seguramente por sus colores de fábrica y más que nada por ese nombre que un día sin mayores aspavientos apareció sobre su capota.
Fue por eso que cuando dos aviadores de experiencia quisieron efectuar un vuelo arriesgado a través del país, no dudaron en fijar sus ojos en él. Sería la máquina adecuada para desplazarse entre la patagónica Punta Arenas y la lejana y cálida ciudad de Arica. Cincuenta años han pasado de aquella experiencia aérea, cincuenta años en que los antecedentes de este vuelo se han integrado a la historia, no sólo de la actividad aérea de Carabineros, sino que han trascendido a la aeronáutica nacional, por haber sido el primer vuelo de distancia, sin escalas, en un avión de estas características.
En este trabajo histórico hemos encontrado los antecedentes sobre el vuelo, supimos del último destino de “El Gato Rojo” en el país y hemos podido conversar con quienes tuvieron la audacia de hacer este raid, que en su momento acaparó páginas de prensa y fue comentario de radio y televisión. Para conocer su historia, previamente hablaremos sobre los vuelos de esta naturaleza efectuados por aviones bimotores y naturalmente de superior potencia que el modesto Cessna 206.
Contenidos
VUELOS DE DISTANCIA E INTEGRACIÓN TERRITORIAL
En la historia de la aviación chilena el raid aéreo ha sido el medio por el que los aviadores, tanto civiles como militares, han colaborado a integrar el país mediante la aviación.
Fue un lejano 25 de marzo de 1913 cuando el aviador Clodomiro Figueroa realizó su gran vuelo Batuco–Valparaíso-Santiago, sin escalas, con cuya acción demostró que la aviación tenía un futuro promisorio en el desarrollo nacional. Y aunque sólo fueron 300 kilómetros de recorrido, Figueroa demoró tres horas quince minutos en realizar esta verdadera hazaña para su época.
Varios aviadores pioneros realizaron vuelos interesantes por los cielos de la patria; Acevedo, Molina Lavin y David Fuentes, quien el 1º de noviembre de 1916 lograra la travesía del Estrecho de Magallanes, llegando en vuelo por primera vez a la apartada localidad de Porvenir.
Por su parte, la Aviación militar aporta a esta estadística el gran vuelo del Teniente Diego Aracena iniciado el 29 de agosto 1922 entre Santiago y Río de Janeiro. Un vuelo que llevaba el saludo del Presidente Arturo Alessandri Palma a su similar de Brasil con motivo del Centenario de la Independencia de ese hermano país. El raid se efectuó con escalas en ciudades argentinas, uruguayas y brasileras. Una falla del avión impidió realizar el término del vuelo en el mítico “Ferroviario”.
El avión sólo llegó hasta Ubatuba, a 160 kilómetros de Río de Janeiro; luego de haber soportado los vaivenes de la cordillera, las tormentas y los vientos arrachados con que se encontró durante el viaje. Posteriormente esta etapa la realizó Aracena en un avión facilitado por la Armada Brasilera, llegando finalmente a su objetivo junto a su fiel acompañante el ingeniero Arturo Seabrook. Ambos participaron en las fiestas organizadas por el Gobierno de ese hermano país, donde además Chile había enviado una comitiva especial para tan solemne celebración. Entre ellos Carlos Ibáñez del Campo y Arturo Merino Benítez, quienes pudieron compartir con la gloria de la aviación mundial, que se hallaba presente en esa oportunidad, el genial Alberto Santos Dumont.
Así como Aracena conquistó tierras extrañas para el bien de nuestra aviación, el 16 de febrero de 1924, el General Luis Contreras Sotomayor, al mando de una escuadrilla compuesta por siete aviones dio inicio a un raid que se prolongaría desde Santiago hasta la nortina ciudad de Tacna, entonces territorio nacional, llevando por primera vez correo aéreo al norte del país.
A fines de los años veinte asume el mando de la Aviación militar el Comandante Arturo Merino Benítez, bajo cuyo mando se crea la Línea Aero Postal Santiago-Arica, epopeya en que jóvenes aviadores al más puro estilo de los correos aéreos de la Aeropostal francesa, se encargan de abrir la ruta definitiva al norte del país, llevando correo y a veces pasajeros dispuestos a internarse en las cálidas e inhóspitas tierras nortinas, volando en los hoy legendarios DH Cirrus Moth de cabina descubierta.
Y qué decir de la apertura de la ruta austral, donde el Comandante Merino desde Puerto Montt llega a Aysén, burlando aguaceros, tormentas y desde allí remonta el vuelo a Punta Arenas, tratando de abrir la ruta aérea al sur.
Para llegar a los extremos del país hubo aviadores y aviones que quedaron en el camino. Más tarde, para proteger las vidas de aviadores y pasajeros se hizo necesario estructurar toda una ruta de señalización y comunicaciones en tierra, que permitieran a los aviones realizar sus vuelos con el máximo de seguridad.
En la década del cuarenta, todavía los vuelos se realizaban con escalas en las principales ciudades del país, según fuera su derrotero: norte o sur.
Es digno de recordar el meritorio vuelo realizado por el aviador puntarenense Franco Bianco en el Miles Hawk Trainer, conocido como “Saturno”, el 6 de junio de 1936. Fecha en la que inició un raid sin escalas a Puerto Montt. Desde este lugar emprendió el vuelo luego de tres días, iniciando la segunda parte de su raid, el que concluyó en horas de la tarde en Los Cerrillos.
Habiendo sido recibido por el Presidente Arturo Alessandri, el aviador inició la ruta de regreso, pero esta vez vía Buenos Aires, llegando a su natal Punta Arenas el 7 de julio, donde fue ovacionado como un héroe de la aeronáutica patagónica.
Habrá de ser el 9 de noviembre de 1944 cuando por primera vez un avión realice un vuelo que una en el día Punta Arenas y Arica.
Éste fue realizado por el Coronel norteamericano Paul Henry y el Capitán Enrique Flores Alvarez en un avión bimotor Beechcraft de la Misión Aérea de los EE.UU. Durante el vuelo se realizaron escalas de abastecimiento en Los Angeles y Los Cerrillos, llegando en horas de la tarde a Arica.
El 19 de enero de 1951 tiene lugar una de las más grandes hazañas realizadas por aviadores nacionales, cuya misión iba al mando del Comandante de Grupo Horacio Barrientos Cofré y como piloto el Capitán de Bandada Roberto Parragué Singer, quienes en el avión Catalina OA-10A Nº 405, al que la historia ha conocido como “Manutara”, lograron unir La Serena – Isla de Pascua, integrando vía aérea esta importante posesión al territorio nacional.
Volviendo a nuestra ruta, será la Línea Aérea Nacional –LAN-, la que definitivamente realizará la unión de la vía aérea Punta Arenas – Arica, al programar un vuelo sin escalas en el bimotor Douglas C-47 0010, matrícula CC-CLL, el que debidamente acondicionado con estanques suplementarios, al mando del Comandante Alfonso Cuadrado Merino (sobrino de Merino Benítez), realiza este histórico raid aéreo el 20 de enero de 1954.
Este vuelo permitió unir Bahía Catalina con Arica en 15:30 horas de vuelo, en un plan dispuesto por el Comodoro Arturo Merino Benítez para celebrar el Día del Roto Chileno y a la vez para que el público nacional reiterara su confianza en nuestra aerolínea bandera, que por esa época sufría serias críticas derivadas del accidente aéreo ocurrido al avión Lodestar N° 0100, el día 15 de junio de 1953, al despegar desde Copiapó, en el que fallecieron siete personas, situación a la que se sumaba el retiro de los aviones de la ruta a Alto Palena y Futaleufú.
Es significativo que en la apertura de esta simbólica ruta, hayan participado en fechas diferentes dos personajes de nuestra aviación: el coronel Enrique Flores y don Alfonso Cuadrado, quienes años más tarde se unirían a don Cirilo Halley Harris y don Sergio Barriga en su cruzada para dar vida al Instituto de Investigaciones Histórico-Aeronáuticas de Chile, organización que ya se empina a cumplir su cuadragésimo aniversario el año 2023.
A estas alturas se creía que ya todo en aviación se había realizado. Había pasado la época de las grandes travesías aéreas. Los pilotos volaban cada día más seguros por el desarrollo de la técnica y aparentemente no quedaba nada por hacer.
LA IDEA DEL INGENIERO BRAVO
Sin embargo el Ingeniero Aeronáutico Francisco Bravo Aracena, en los años sesenta miembro de la entonces Brigada Aeropolicial de Carabineros pensaba otra cosa.
Su idea era clara: realizar un vuelo sin escalas en un avión monomotor del Club Aéreo de Carabineros entre Punta Arenas y Arica, con fines netamente deportivos, ya que si bien la ruta se había volado en dos oportunidades, para ello se habían utilizado aviones bimotores, de mayor potencia.
Esto fue lo que el ingeniero Bravo propuso al teniente Domenech, amigo y compañero de labores en la Aeropolicial en una oportunidad en que regresaban de Estados Unidos trayendo aviones para el Club Institucional.
El teniente Domenech, acostumbrado al temperamento festivo de Bravo, no le quiso contradecir y naturalmente le siguió el curso a la conversación, pero cuál no sería su sorpresa cuando se enteró que ya el ingeniero estaba consiguiendo los estanques adicionales para instalarlos en el avión que a su juicio sería el más apropiado para la travesía.
“LA MINUTA” QUE DISPARÓ LAS ALARMAS
La minuta, documento de raigambre judicial, era en esos años en Carabineros, el informe preliminar de un determinado suceso policial, ya ocurrido. No obstante en lo interno servía para dar a conocer actividades, hechos o sucesos, que incluso podrían llegar a ser cabeza de un sumario.
Por lo tanto, una vez que ambos aviadores tuvieron todo listo, presentaron al jefe de la Brigada Tte. Crl. Ernesto González Alegria, una detallada “Minuta”, mediante cuyos antecedentes ilustraban a su superior jerárquico sobre los fines deportivos que impulsaban el raid, el que tendría como fin rendir un homenaje póstumo al teniente Julio Gallardo Donoso, fallecido en trágicas circunstancias el 3 de abril de 1953, al mando del Aeronca CC-EPB.
Este histórico documento decía lo siguiente:
«CARABINEROS DE CHILE
DIRECCION GENERAL
BRIGADA AEROPOLICIAL
M I N U T A.-
N° 1.- / SANTIAGO, 25 de febrero de 1970.-
A LA BRIGADA AEROPOLICIAL
CUARTEL.-
MATERIA: Vuelo deportivo en avión Cessna 206, matrícula CC-KKM, desde Punta Arenas a
Arica, sin escala.
ANTECEDENTES: Con motivo de la próxima inauguración de la pista de aterrizaje de Puerto Natales que llevará el nombre de “Julio Gallardo Donoso”, primer mártir de la aviación de Carabineros y queriendo realzar con mayor significación dicho acto, se ha estudiado la realización de un vuelo sin escala de un avión monomotor entre las ciudades de Punta Arenas y Arica, el primero de esta naturaleza en el país.
La tripulación y el avión para esta misión es la siguiente:
Pilotos: Tte. Jaime Domenech Zapata, licencia N° 536, con habilitación para vuelo con instrumentos e Ingeniero Aeronáutico Francisco Bravo Aracena, Licencia N° 0056.
Avión: Cessna 206, matrícula CC-KKM, que reuniría las siguientes características dentro de los márgenes de seguridad autorizados por la fábrica y con el V° B° de la Dirección de Aeronáutica.
- Siendo la duración del vuelo de 17.20 horas, contaría con una autonomía de vuelo de 21.30 horas, para lo cual se colocarán estanques adicionales en el interior de la cabina con una capacidad total de 1.078 litros, con sus sistemas de bombas y filtros.
- Alternativa: 04.10 hrs. Lo que le permite un alcance de 560 millas.
- Se instalará un estanque adicional de aceite para bombeo al motor.
- Se dispone de los elementos necesarios de salvamento y primeros auxilios.
- El avión cuenta con los siguientes equipos electrónicos de vuelo y navegación: piloto automático, radio compás VOR, VHF, HF con frecuencias en Single Side Band con radio estaciones de Carabineros, equipos portátiles de VHF para comunicaciones con las centrales de Radio Patrullas; todos funcionando en perfectas condiciones. Estos elementos más los instrumentos de navegación que tiene el avión, lo hacen apto para realizar vuelos por instrumentos en caso necesario.
- Los cálculos de peso y balance del avión con los estanques adicionales en su interior están dentro de los márgenes de seguridad establecidos por la fábrica.
- Antes de la iniciación del vuelo el avión será sometido a una inspección total tanto de estructura y motor, como de performance de consumo, velocidad y comunicaciones.
Se adjunta el Plan de Vuelo a efectuar, aprobado por la Dirección de Aeronáutica, quien ha prestado decidido interés y colaboración para el buen éxito del vuelo, tanto en el aspecto meteorológico como radiocomunicaciones.
Con el propósito de aprovechar mejor las condiciones de tiempo y acorde a las recomendaciones de las autoridades de Aeronáutica, permitiendo así un cien por ciento de seguridad en el cumplimiento de la misión, el avión debe trasladarse el día 3 de marzo próximo a la ciudad de Punta Arenas, su punto de partida, para esperar ahí el momento más oportuno de iniciación del vuelo.
CONCLUSIÓN: Autorización de la Jefatura Superior para efectuar el vuelo referido.
FRANCISCO BRAVO ARACENA JAIME DOMENECH ZAPATA
Ingeniero Aeronáutico Teniente de Carabineros
¿QUIÉN FUE JULIO GALLARDO DONOSO?
El vuelo fue programado con el fin de rendir un homenaje al Teniente Julio Gallardo Donoso, fallecido el 3 de abril de 1953 en el sector de la cuesta Chacabuco, mientras piloteaba un avión Aeronca del club Aéreo de Carabineros, quien había servido además durante varios años en Puerto Natales, donde junto a algunos ex oficiales de Carabineros y civiles interesados en la aviación, creó el Club Aéreo de esa ciudad.
A esa fecha Gallardo sólo contaba con un curso de aviador efectuado por correspondencia a través de la “National School”, de EE.UU. Posteriormente en 1943, mientras prestaba servicios en la capital, se inscribe en un curso del Club Aéreo de Santiago, donde se le concede el brevet de Piloto de Turismo.
No obstante, las pretensiones de Gallardo consistían en integrar la actividad aérea a Carabineros. En 1946 ya hay varios pilotos de turismo en las filas verdes, entre los que se cuentan Gallardo Donoso, los tenientes Mauricio Von Teuber, Sergio Márquez Molina, René Barrera Vásquez, el capitán Guillermo Fuentes Besoaín y otros tantos en provincia como en la capital, quienes contando con la autorización del General Director Reynaldo Espinoza Castro, fundan el Club Aéreo de Carabineros el 16 de junio de 1948.
Gallardo fue elegido vicepresidente en la primera directiva del Club, más tarde ocupará los cargos de Director técnico, integrante de la Comisión de adquisición de Material de Vuelo y Tesorero.
En marzo de 1953, Gallardo había recibido la orden de prepararse para trasladar en avión a Concepción al General Director don Jorge Ardiles Galdames. El día 3 de abril, mientras efectuaba una de estas prácticas en el Aeronca CC-EPB, se precipitó a tierra en la quebrada de Los Morteros, lugar ubicado en las cercanías del Control Chacabuco de Carabineros, donde fue encontrado ya fallecido y su acompañante, un familiar, con heridas y en estado de shock. [1]
EL GRAN SALTO
Durante la planificación de vuelo, se calculó que los 320 litros de combustible serían insuficientes para llevar a feliz término el raid, por lo que se instalaron estanques adicionales para 800 litros, situación que en general concedía una autonomía de vuelo de 21 horas aproximadamente.
El avión contaba con equipos electrónicos de navegación, piloto automático, radiocompás, equipo de radio con frecuencias para comunicación directa con radioestaciones de Carabineros y equipos portátiles de comunicaciones con las centrales de Radiopatrullas a través del país [2].
Revisados todos los detalles técnicos, los aviadores se trasladaron en vuelo en el mismo avión a la lejana región patagónica, donde el día 6 de marzo se dio inicio a la temeraria empresa.
Tempranamente el Teniente Domenech y el ingeniero Bravo se dirigieron al Aeropuerto Carlos Ibáñez del Campo, procediendo a efectuar los últimos chequeos del avión.
Autorizado el plan de vuelo, el gélido viento patagónico despide a los pilotos que a las 06:58 hrs., luego de haber aumentado al máximo la potencia del pequeño motor y autorizados por la torre de Control, inician el carreteo por una pista en que el dios Eolo pareciera estar de fiesta. El avión le ofrece resistencia y el viento se empecina en tratar de sacarlo de la pista. A plena velocidad el monomotor se prepara para decolar, pero el peso y las condiciones reinantes le impiden levantar la proa, hasta que al tercer intento la máquina obedece lentamente a los mandos y las ruedas abandonan el suelo magallánico. Ya no pisarán tierra hasta pasada la medianoche y lo harán en condiciones muy distintas en el norte del país.
A los pocos minutos se produce una baja en el marcador de la presión de aceite, lo que de mantenerse podría poner fin al vuelo. Afortunadamente la situación extrema fue lo bastante breve como para mantener el avión en el aire y continuar volando sin contratiempos. Salvo un campo de nubes a la altura de Aysén, que les obligó a ascender hasta los 14.000 pies, los intrépidos pilotos pudieron continuar su vuelo hacia el cálido norte.
Una comunicación más o menos fluida con las Unidades de Carabineros les alienta y les indica que están en la ruta. El pequeño Cessna ronronea haciendo honor al apodo que luce orgulloso en su parte delantera “El Gato Rojo”, nombre que de seguro le da esa agilidad felina que le permite recorrer toda la variedad climática que presenta ese día nuestro largo y angosto territorio.
El vuelo se realiza en todo momento por territorio chileno, una de las consideraciones previas de los aviadores. Pasado el Lago Palena, la turbulencia se ensaña con la pequeña máquina que lucha por escapar de las danzarinas turbulencias que lo hacen elevar y descender en cosa de segundos, situación que no termina hasta la cuadra de Puerto Montt y que les hace perder minutos preciosos.
Son las 15:30 horas y de acuerdo a los cálculos se ha perdido una hora y media, lo que en ese momento hace peligrar seriamente el raid por el excesivo gasto de combustible. Sin embargo la suerte parece estar del lado de los aviadores, ya que se les informa que desde Puerto Montt al norte corre un viento favorable. Esta situación hace variar los malos pronósticos y el avión lenta pero seguramente va ganando el tiempo perdido.
Las comunicaciones con tierra son constantes. El Teniente Domenech, se mantiene firme en los mandos, en tanto el ingeniero Bravo, se muestra atento y vigilante con el abastecimiento de combustible y el funcionamiento general del “felino”, que ya pasada la mitad del viaje programado no demuestra señales de abatimiento.
Volando sobre la capital el Servicio de Radiocomunicaciones de Carabineros les da el mejor aliento: los coloca en contacto telefónico con sus esposas, hecho que naturalmente los reconforta a seguir en el duro vuelo en que están empeñados.
A la cuadra de Tongoy, cuando ya comienza a caer la noche, se inicia el vuelo por instrumentos. Así se suceden pueblos y ciudades costeras, la grandiosa Antofagasta parece no estar dormida para “El Gato Rojo”, cuyo resplandor les indica que el Norte Grande los espera con el desierto y el fantasma de las oficinas salitreras rondando por el horizonte.
Iquique les indica que el raid se ha cumplido en gran parte y está próximo a llegar a su fin. El informe meteorológico señala buen tiempo. Volando a 3.600 mts de altura, es hora de iniciar el descenso. El control de torre de Arica les autoriza para iniciar la maniobra y momentos más tarde ya están viendo las luces del Aeropuerto de Chacalluta.
Son la 1:15 hrs., cuando el Cessna coloca ruedas sobre la pista nortina. Se han recorrido 4.565 kmts., y lo han realizado en avión monomotor, raid no efectuado en aeronaves de este tipo hasta esa fecha. En ese instante especial los pilotos recuerdan los motivos de ese vuelo, evocando mentalmente el recuerdo del Teniente Julio Gallardo Donoso y de quienes cayeron en pos de mejores logros para la aviación policial chilena.
Esperan a los viajeros las autoridades ariqueñas y sus compañeros de armas. Saludos, felicitaciones, abrazos y sonrisas. Una foto frente al “Gato Rojo” y luego de un conversado cóctel, al descanso. La aviación policial ya podrá sentirse orgullosa de sus pilotos, representados en esta ocasión por el Teniente Jaime Domenech Zapata y el Ingeniero Aeronáutico Francisco Bravo Aracena.
REACCIONES POSTERIORES AL VUELO
Entrevistas en prensa radio y televisión, fueron la difusión que se fue efectuando luego de la llegada de los Aviadores a Santiago. La Revista de Carabineros también engalanó sus páginas con fotos, entrevistas y detalle de las actividades cumplidas por Domenech y Bravo con motivo del vuelo.
Por su parte el General Director de Carabineros les concedió a ambos aviadores una Felicitación Extraordinaria por esta gesta aeronáutica realizada en un avión del Club Aéreo de Carabineros.
FELICITACIÓN EXTRAORDINARIA
ORDEN N° 6.912
O.S.2 -Santiago, 24 de marzo de 1970.-
VISTOS:
a) El oficio N° 145, de fecha 9 de marzo en curso, de la Brigada Aeropolicial, en el cual informa a la Jefatura Superior acerca de la misión cumplida por el Teniente señor Jaime Domenech Zapata, piloto de dicha Brigada y por el Técnico Mecánico de Aviones, don Francisco Bravo Aracena, quienes el día 6 de los corrientes, en el monomotor Cessna 206 matrícula CC-KKM, del Club Aéreo de Carabineros, efectuaron un raid con habilitación de instrumentos, uniendo por primera vez en un vuelo sin escalas a las ciudades de Punta Arenas y Arica.
b) Que, este vuelo sin precedentes, en la historia de la aviación chilena, en aeronaves de las características señaladas, llevado a efecto por funcionarios de la Institución, incluso con un tiempo menor al que se había previsto, toda vez que demoró exactamente 18 horas y 17 minutos, pese a los contratiempos atmosféricos que hubo que superar, ha sido considerado en justicia como una proeza en los elogiosos comentarios que hiciera la prensa, la radio y la televisión.
c) Que, esta demostración de pericia y arrojo del Teniente señor Domenech y del Técnico señor Bravo, excediendo las obligaciones que legal y reglamentariamente les corresponden junto con dejar testimonio público del grado de eficiencia en que se encuentra la rama aérea de Carabineros, ha significado un positivo aporte al prestigio de la Institución, que la Jefatura Superior desea destacar como un ejemplo de espíritu de sacrificio que exhiben los miembros de Carabineros de Chile, y
d) Lo dispuesto en la Orden General O.S.2, N° 1.206 de 29 de noviembre de 1952 inserta en el B/O 1.329, pág. 30.354, SE ORDENA:
1°) Otórgase una “FELICITACIÓN EXTRAORDINARIA” al Teniente de Carabineros y piloto de la Brigada Aeropolicial señor Jaime Domenech Zapata y al Técnico Mecánico de Aviones señor Francisco Bravo Aracena por la pericia y valentía demostradas en el raid aéreo realizado el 6 de marzo del año en curso, al unir en vuelo directo las ciudades de Punta Arenas y Arica, utilizando el avión Cessna 206, monomotor matrícula CC-KKM, del Club Aéreo de Carabineros, con lo cual, además de evidenciar un extraordinario espíritu de cuerpo, han contribuido notoriamente al mayor prestigio de la Institución, como se desprende de los encomiásticos comentarios a través de la prensa hablada y escrita del país.
2°) La presente “Felicitación Extraordinaria” deberá ser anotada en la Hoja de Vida de los interesados y dada a conocer a todo el personal de la Institución.
3°) Publíquese en el Boletín Oficial.-VICENTE HUERTA CELIS, General Director de Carabineros.-
CESSNA AIRCRAFT COMPANY
A casi dos meses de ocurrido el vuelo y cuando ya habían concluido las reacciones oficiales, arribó a la capital el Sr. Delbert Roskam, presidente de la Cessna, quien concurrió personalmente hasta la Brigada Aeropolicial con el fin de hacer entrega de un presente otorgado por su empresa, como reconocimiento por la valerosa y eficiente preparación técnica y profesional demostrada en el raid Punta Arenas-Arica en un avión construido por su fábrica en Estados Unidos.
El ilustre viajero realizaba una gira por los países del Cono Sur de América, situación que le permitió programar la entrega de una placa conmemorativa resaltando el vuelo de los aviadores Domenech y Bravo, hecho que se concretó en una breve ceremonia en la Brigada Aeropolicial, en la que estuvieron presentes el General Sr. Joaquín Chinchón Herrera, Subdirector General de Carabineros y presidente del Club Aéreo, quien recibió el gentil obsequio.
Sellaron con su presencia esta muestra de confraternidad aérea de la Cessna, el General Inspector Sr. Jorge Aranda Parra, jefe del Departamento de O. y S. y el jefe de la Brigada Aeropolicial Tte. Crl. Sr. Ernesto González Alegría, oficiales de la Unidad y representantes de Cessna para América Latina y Chile Sres. Roberto Crocker, Federico Weisner, Francisco Velasco y Samuel Irarrázabal, además de los aviadores Domenech y Bravo.
ARAUCANÍA, 20 de noviembre 2019.-
Lea el artículo completo en: http://docs.historiaaeronauticadechile.cl/aerohistoria/revista_aerohistoria_2020_n2.pdf
Bibliografía
Fernández Donoso, Alberto; “La Aviación en Magallanes”, DGAC, 1984.
Alarcón C., Héctor “Las Telecomunicaciones en Carabineros de Chile”, inédito 230 pgs.
Archivos
Archivo Crl Carabs Jaime Domenech Z.
Archivo Ing. Aeronautico Francisco Bravo Aracena
Archivo del autor
Entrevistas personales:
Crl. de Carabineros y Piloto Jaime Domenech Zapata
Ing. Aeronáutico Francisco Bravo Aracena
Diarios
Concordia, Arica 8 marzo 1970
El Clarín, 11 de marzo 1970
La Defensa, Arica 7 de marzo 1970
La Nación, 8 y 11 de marzo 1970
Las Últimas Noticias 12 de marzo 1970
3ra. De la Hora, 8 de marzo 1970
El Magallanes, 10 de marzo 1970
Revistas
Revista de Carabineros Nº 179, marzo 1970
Revista de Carabineros N° 181, mayo 1970
Chile Aéreo, Marzo 1970
[1] Revista de Carabineros N° 388, agosto 1987 “Julio Gallardo Donoso Primer Piloto de Carabineros”, Pgs. 33 a 37 artículo escrito por Héctor Alarcón carrasco.
[2] En aquellos años el Servicio de Telecomunicaciones de Carabineros estaba en expansión llegando a contar con 748 equipos fijos, 581 estaciones móviles y 682 equipos portátiles, de los que alrededor de 200 eran estaciones en HF y VHF, siendo las más avanzadas de Latinoamérica, por lo que el avión tuvo una comunicación expedita en todo momento. (“Las Telecomunicaciones en Carabineros de Chile”, H. Alarcón C. inédito 230 pgs.)