El trabajo campesino ha necesitado desde siempre ordenar el ganado, llevándolo seguro a través del campo o desplazándolo entre los espacios cercados donde se lo mantiene. Al ser arreados desde las veranadas y cerros, muchos de ellos se espantaban y descarriaban. Era ahí donde los huasos se veían en la necesidad de atajarlos y lacearlos para encaminarlos, y así llevarlos a los corrales en donde eran marcados.
Esta capacidad de dominar los animales, evitando su pérdida, fue generando paulatinamente mejores técnicas y mayores destrezas. La gran satisfacción que producía el ejercicio de esta actividad motivó la creación de una competencia donde se pudiera elegir al mejor jinete en la atajada de los animales descarriados. Y así nació el rodeo.
En la actualidad este deporte, por el hecho de reunir a la familias y amistades en las medialunas, goza de tanta o más popularidad que el fútbol: el año 2004 los asistentes a los torneos de rodeo fueron 1.872.000 mientras que los partidos de la ANFP fueron 1.515.000.
En el presente año el número de competencias de rodeo ha mostrado un fuerte incremento. Así, en la campaña 2010/2011 se disputaron 316 rodeos hasta el 10 de diciembre; en el presente año la cifra alcanza los 354, constituyendo un aumento del 12%.
También ha crecido el número de colleras, en 2010 el número de colleras llegaba a 134, mientras que a la misma fecha del presente año se alcanza las 148. Esta noticia nos enorgullece como chilenos porque muestra la vitalidad de nuestras tradiciones.