La antigua tradición de llevar a los difuntos en un coche tirado por caballos, que estuvo vigente hasta los años 60, ha sido recuperada por la Municipalidad de Casablanca, la que junto con remodelar y ampliar el cementerio municipal ha puesto a disposición de los vecinos este extraordinario carruaje de manufactura polaca.
El modelo elegido para el coche es el típico que había en Chile hacia fines del siglo XIX. La Municipalidad buscó uno para restaurarlo, pero al no encontrarlo hicieron el encargo a una maestranza en Polonia, que incluyera prestaciones modernas como frenos de disco y suspensión, y de acuerdo a las especificaciones que se requerían: que fuera para un caballo y pudiese transitar por las calles y pasajes de Casablanca.
El coche es tirado por un caballo Frisón, de 13 años, que no pasa inadvertido por su alzada y postura. Este fue preparado por don Mario Guerra, destacado cochero nacional que ha tenido por misión, entre otras, conducir el carruaje presidencial al inicio de la Parada Militar.
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Los aperos son de fabricación holandesa, de cuero sobado negro, y buscando asemejarse lo más posible a los de fines del siglo XIX.
El 1º de noviembre pasado, Día de todos los Santos, fue presentado a la comunidad casablanquina este coche, del cual el alcalde Rodrigo Martínez destaca “el coche no sólo busca traer esa solemnidad y recogimiento del pasado, sino también entregar un beneficio a la comunidad, que podría haber sido una carroza a motor, pero que no va en la línea que buscamos, de rescatar nuestro patrimonio y preservar ciertas tradiciones que conforman nuestra identidad”.
Quienes quieran utilizarlo solo deben inscribirse en la Municipalidad y los llevará al final de sus días en un último viaje entre la iglesia y el cementerio municipal, sin costo alguno.
