En 1598 el desastre de Curalaba, trajo la muerte del gobernador Martín Óñez de Loyola. La guerra de Arauco se incendió: sobrevino entonces la destrucción o despoblamiento de todas las ciudades al Sur del Bio-Bío, salvo Castro en Chiloé.
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La Corona sufría, de lejos, más bajas de españoles e indígenas aliados en la guerra de Arauco que en toda su conquista y colonización de América. Además, las extensas costas chilenas comenzaban a ser objeto de ataques corsarios. La Capitanía de Chile, pobre pero estratégica, corría peligro. El Rey Felipe III de España designó como su nuevo Gobernador y Capitán General a don Alonso de Ribera, veterano militar destacado en campos de batalla de Flandes y Francia. Ordenó, al mismo tiempo, la creación de un ejército profesional, financiado por un impuesto (el Real Situado) al tesoro del Virrey del Perú.

Un fuerte de frontera en el Flandes indiano
Fue el nuevo Gobernador quien, en una expedición al Sur realizada en ese contexto histórico, decidió fundar un 24 de diciembre de 1603, una fortificación de frontera. En homenaje a la magna fecha de la Cristiandad, le dio el nombre de “Fuerte del Nacimiento de Nuestro Señor” (Con el tiempo, como suele acontecer, el hermoso nombre original fue siendo resumido hasta quedar sólo “Nacimiento”). El punto escogido, en la confluencia de los ríos Bío-Bío y Vergara, era una explanada dominando una amplia perspectiva de la región. Exactamente allí los mapuches habían construido, en su momento, un estratégico pucará llamado Picoiquén. El fuerte de avanzada quedó así emplazado en la frontera que entonces separaba el territorio español del araucano.
El lugar difícilmente podría ser objeto de ataques por sorpresa. La idea de Alonso de Ribera era establecer una frontera consolidada, levantando una red de fortificaciones y avanzando, poco a poco, en la ocupación del territorio con el apoyo de éstas. El experimentado Capitán General organizó al mismo tiempo el ejército profesional ordenado por el Rey, primero en América española, que constó inicialmente de 1500 hombres.
Edificación, destrucción, traslado y reconstrucción
El Fuerte de Nacimiento no demoró mucho en sufrir las vicisitudes de la guerra. En 1628, el toqui Lientur comandó un primer asalto mapuche contra contra éste. Desde entonces los asedios sólo crecieron. Muchas vidas cayeron en las batallas. El fuerte debió ser abandonado por algunos años, reconstruido en 1665 y trasladado más tarde a la orilla norte del Bío-Bío. Sólo en 1752, volvió a ser re-levantado, definitivamente, en su emplazamiento original. Hubo otras fortificaciones en la región, pero los restos de ésta llegaron hasta nuestros días.
Hoy la ciudad de Nacimiento, pequeña capital del tratamiento de la madera, de la celulosa y del papel, con sus cerca de 30 mil habitantes, rodea el antiguo fuerte. Enclavado así en su corazón urbano, constituye éste una de las principales atracciones histórico-patrimoniales de la zona; su imagen se destaca altanera en el escudo comunal. Fue declarado Monumento Histórico por el Consejo de Monumentos Nacionales, el 25 de marzo de 1954. El lugar trae al visitante ecos muy distantes de batallas y heroísmos ya legendarios de la antigua Capitanía chilena, el Flandes Indiano en el confín austral del mundo. Un lejano y aislado territorio, en ese entonces casi inverosímil, de construcciones y reconstrucciones, donde el coraje de españoles, criollos e indígenas aliados, debió enfrentarse constantemente a la bravura y el ímpetu araucanos, en un conflicto que atravesó de punta a punta toda la duración del Reino de Chile. La paz, como se sabe, sólo vino a ser firmada ya en el Chile independiente.

La actual restauración pos 27 de febrero de 2010
En años recientes fue emprendida una restauración del histórico fuerte, concluida en noviembre de 2008; no sin despertar polémicas, por el diseño de áreas verdes y espacios recreativos circundantes. Pero el terremoto del 27 de febrero de 2010, dañó seriamente la fortificación recién restaurada.
En 2011 fue licitada su nueva reparación que, según lo anunció Francisco Laporte, administrador municipal, cuenta con un aporte del Gobierno Regional, a través del Fondo de Desarrollo, de unos $ 117 millones. La empresa designada para la obra es la Constructora y Ferretería Nacimiento Ltda., que ya ha instalado los equipos respectivos a la espera de la autorización del Consejo de Monumentos Nacionales. El plazo de ejecución estipulado es de 150 días.
En el anteproyecto trabajaron siete profesionales (arquitectos con especialidad en arqueología, ingenieros calculistas y topógrafos). El alcalde de la comuna de Nacimiento Gerardo Montes, señaló que «los materiales y las técnicas de construcción son de un valor inapreciable desde el punto de vista histórico y arquitectónico» (cfr. Álvaro Guerrero, La Tercera, 24/III/2012).