Las antiguas lanchas chilotas son una hermosa expresión de la intrépida tradición de navegadores de los habitantes del Archipiélago. Pacheco Altamirano y la Escuela de Pintores de Angelmó las inmortalizaron en sus obras por más de cuarenta años, ellas permanecen en la memoria de varias generaciones de chilenos que, aunque tal vez no las conocieron directamente, sí las reconocen como formando parte del paisaje cultural del sur de Chile.
Chiloé, archipiélago con una gran escuela de carpinteros, que conocemos a través de sus iglesias declaradas patrimonio de la humanidad, también desarrolló otro oficio, el de construir lanchas. Llamados maestros de ribera, crearon estos artesanos de la madera un oficio familiar y de transmisión oral que, respondiendo a la tradición de navegantes de los chilotes, permanece aún vigente en diversos lugares del sur de Chile.
Su estudio pormenorizado fue encargado a la Universidad Austral de Chile por el Ministerio de las Culturas y las Artes a través del proyecto “Carpintería de Ribera y Tejuelería en el Sur de Chile”, investigación que ha identificado a cerca de 80 cultores de las regiones de Magallanes, Aysén, Los Lagos y Los Ríos, y que será la base para futuras acciones de salvaguarda de este patrimonio cultural inmaterial.
Tradición oral
Las lanchas chilotas son construidas con maderas nativas como el ciprés de la guaitecas, mañío, ulmo, teneo y coigüe. Las curvaturas propias de cada árbol son observadas y aprovechadas para las diversas partes de cada lancha. Sus medidas y líneas son aprendidas de memoria y se trabaja a partir de modelos a escala y proporciones establecidas, sin ninguna planimetría.
Es un oficio centenario y familiar, nacido de la necesidad de un medio de traslado en una terrritorio lleno de pequeñas islas, canales y mucho mar. Regularmente iban a Puerto Montt a buscar provisiones, como alimentos, ropas, materiales y a veces pasajeros.
Famosa es la goleta Ancud, construida en 1843 y que entró a la historia al llevar la expedición que tomó posesión efectiva del Estrecho de Magallanes. Esta hermosa tradición regional ha conseguido sobrevivir como tantas otras riquezas culturales del Archipiélago austral. Los legendarios Maestros de Ribera, han continuado poniendo a navegar nuevas lanchas y reparado muchas antiguas. Y su arte manual adquiere hoy nueva vigencia e impulso, contribuyendo así a proyectar desde su ancestral oficio rica la identidad chilota; ahora en el turismo y en el deporte, donde las airosas lanchas veleras son el alma de importantes regatas que se realizan todos los años entre Chiloé y Puerto Montt.
Así, esta nueva iniciativa del Ministerio de las Culturas y la Universidad Austral al estimular oportuna y sabiamente la puesta en vigencia de esta antigua y ancestral actividad, fomenta poderosamente el desarrollo regional. Tradición, identidad regional y emprendimientos constituyen hoy una orgánica y valiosa forma de afirmación cultural y de progreso económico de la rica variedad de nuestra geografía